Las acciones de Prosegur experimentaron un notable aumento cercano al 20% el pasado miércoles impulsadas por la noticia de la oferta pública de adquisición (OPA) presentada por la sociedad Gubel. Este evento ha llevado a la compañía a enfrentarse a una zona de resistencia crucial, donde su capacidad para demostrar fortaleza determinará la continuación de su ascenso.
Desde su incursión en los mercados financieros, Prosegur ha experimentado claramente dos tendencias distintas. En primera instancia, se observó un movimiento alcista que concluyó en 2018, marcando el inicio de la segunda tendencia, esta vez a la baja, que persiste hasta la fecha actual. El miércoles pasado, la compañía anunció una OPA por parte de Gubel con una prima del 27%, generando un marcado aumento en el valor de las acciones.
En el contexto actual, tras esta significativa revalorización impulsada por la noticia, las acciones de Prosegur se sitúan en una posición crucial, la parte superior del canal bajista iniciado en 2018. Para que la empresa de seguridad privada logre un movimiento alcista sostenible, deberá superar este nivel ubicado en 1,8 euros. La siguiente resistencia significativa se encuentra en el nivel psicológico de 2 euros por acción. La superación de ambos niveles podría indicar un cambio de tendencia para Prosegur.
Por otro lado, existe la posibilidad de que el impulso alcista generado por la noticia sea simplemente un fenómeno temporal y que la tendencia bajista prevaleciente en los últimos años continúe. En este escenario, desde la parte superior del canal actual, la compañía podría retomar el movimiento a la baja. El primer nivel de soporte que podría actuar como punto de rebote se sitúa en los 1,35 euros. En última instancia, las acciones podrían dirigirse nuevamente hacia la parte inferior del canal, aproximadamente a 1 euro por acción, desempeñando un papel psicológico fundamental.
